Los bosques naturales son vitales para el ciclo del agua.
Los monocultivos de árboles, constituyen una amenaza a los ecosistemas forestales naturales biodiversos.
Los mapuche de Chile se refieren a las plantaciones de pino como “soldados plantados” porque son verdes, están en fila y avanzan. En Brasil, las plantaciones de árboles son “desiertos verdes” y en Sudáfrica las llaman el “cáncer verde”.
Grandes empresas deforestan la Amazonia, echan abajo la selva tropical más rica del mundo en biodiversidad e implantan el monocultivo, sin ninguna diversidad vegetal, y lo transforman en carbón, que aumenta el calentamiento global.
La nación se queda con el peso de la degradación ambiental.
Toda esa lucha de resistencia tiene como clave importante la articulación y la solidaridad mutua entre las comunidades tradicionales, los movimientos sociales del campo y algunas entidades de apoyo.